lunes, 18 de noviembre de 2019

INTERNACIONALES


La violencia crece en Bolivia y enciende la alarma de la ONU



Fecha: 18/11/2019   06:49  |  Cantidad de Lecturas: 929

- Tras la muerte de nueve seguidores de Evo en choques en Sacaba, Bachelet criticó el uso de la fuerza policial y advirtió que la situación puede "salirse de control"; el expresidente dijo que "el pueblo se armará" La violencia en Bolivia no cede y encendió las alarmas ante una posible escalada


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Luego de los enfrentamientos entre policías y seguidores de Evo Morales, que dejaron anteayer nueve muertos en Sacaba, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, advirtió que el " uso innecesario o desproporcionado" de la fuerza puede llevar la situación del país a "salirse de control", mientras varios dirigentes bolivianos clamaron por la pacificación. Según denunció la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), al menos 23 personas murieron y 715 resultaron heridas desde el inicio de la crisis en Bolivia.
Desde México, a diferencia de algunos de sus propios correligionarios del Movimiento al Socialismo (MAS), Morales dijo que "el comportamiento de la policía llevará a que el pueblo se arme" y sugirió que sus seguidores se movilizarán hasta "terminar con la dictadura", por el gobierno de Jeanine Áñez. La presidenta, que había prometido pacificar el país y aún no convocó a elecciones, se mostró ayer consternada por las nueve muertes, aunque acusó a Morales de "sacar gente armada de la región del Chapare'', cuya capital es Sacaba. Además, firmó un polémico decreto, en el cual determina que las Fuerzas Armadas "están exentas de responsabilidades penales" cuando "actúan en defensa propia para restablecer el orden".
Además de condenar las muertes, Bachelet advirtió que implican un peligro extremo, ya que lejos de apaciguar la violencia "es posible que la empeoren".
"Realmente me preocupa que la situación en Bolivia pueda salirse de control si las autoridades no la manejan cuidadosamente, de acuerdo con las normas y estándares internacionales que rigen el uso de la fuerza, y con un respeto pleno por los derechos humanos", agregó. Por lo menos 17 personas murieron desde las elecciones del 20 de octubre, 14 de ellas desde la renuncia de Evo, apuntó Bachelet.
Varias autoridades del gobierno se trasladaron ayer a Sacaba, que limita con la ciudad de Cochabamba, para tratar de establecer qué fue lo que sucedió en los enfrentamientos que dejaron nueve muertos y 130 heridos.
Desde el mediodía de anteayer, miles de cocaleros que llegaron desde la región del Chapare -bastión de Evo- se habían apostado cerca del puente Huayllani, y comenzaron a hostigar a las fuerzas policiales que les impedían avanzar hacia Cochabamba, a 18 kilómetros, para expresar su rechazo a Áñez y exigir su renuncia.
Ya entrada la noche, la policía antidisturbios, apoyada por militares y un helicóptero, dispersó violentamente a los manifestantes y detuvo a 124 personas. A muchos se les decomisaron armas y explosivos.
Entre las autoridades del nuevo gobierno que viajaron ayer a Sacaba estaba el ministro de la Presidencia, Jerjes Justiniano, que se refirió al armamento decomisado y a los primeros resultados de las autopsias. "Se trataría de armamento militar, y uno de los fallecidos presenta una herida de muerte singular, porque el proyectil entró por la nuca e ingresó de abajo hacia arriba. Eso quiere decir que no vino de un enfrentamiento cruzado'', explicó. "Creemos que fue producto de un agravio, una ofensa de su misma fuerza", añadió.
Otras de las autoridades que viajó a la zona, el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, afirmó que hay "grupos sediciosos'' atizando la protesta con participación de "extranjeros''. Explicó que nueve venezolanos fueron detenidos con armas cerca de la frontera con Brasil.
Los cocaleros fallecidos fueron velados ayer cerca del sitio donde se produjeron los choques. La televisión mostró a dos mujeres que lloraban y rezaban en quechua sobre los féretros, uno rodeado de flores y otro cubierto con la bandera boliviana y la multicolor wiphala, que representa a las naciones indígenas.
Una de las mujeres, consternada, puso su mano sobre el ataúd de madera rodeado de flores y preguntó: "¿Esto es democracia? ¿Así matando como si fuera cualquier cosa?".
En La Paz también hubo fuerte repercusión entre las autoridades y la población por lo sucedido en Sacaba. En una línea totalmente diferente a Evo se pronunciaron algunas autoridades del MAS.
"Estamos pasando momentos difíciles, pedimos a los movimientos sociales y otras organizaciones que depongan posiciones. No podemos vivir de luto", reclamó la presidenta de la Cámara de Senadores, Eva Copa (MAS).
Sin embargo, una "concentración por la paz", que habían convocado asociaciones vecinales de la ciudad para pedir por el cese de la violencia, fue suspendida a último momento por los organizadores "por razones de seguridad". Unos centenares de manifestantes decidieron realizar la marcha de todas formas desde la Universidad San Andrés hasta la Plaza San Francisco, a unas 20 cuadras.
Guillermo Fernández Cordeiro, de 58 años, un ingeniero civil que estaba al frente de la marcha en donde la mayoría vestía de blanco y llevaba banderas blancas en señal de paz, se refirió a las muertes en Sacaba.
"Para mí las víctimas no fueron por la represión. Cayeron por 'fuego amigo'. No existen en el mundo balas con efecto búmeran. Por eso no se entiende que algunos tengan heridas en la nuca y desde abajo, cuando nunca llegaron a tener un enfrentamiento personal con la policía", dijo Fernández Cordeiro a LA NACION.
Andrea Landriel, instructora de yoga de 35 años, se refirió por su parte a las multitudinarias marchas que en los últimos días llegaron desde la vecina ciudad de El Alto, el segundo bastión más importante del MAS, después del Chapare.
"A la gente de El Alto le vendieron una idea equivocada de lo que está pasando en Bolivia. Les pusieron en la cabeza que quienes apoyamos a Áñez somos el enemigo", dijo. Y en cuanto a los enfrentamientos de Sacaba agregó: "Todo esto lo provocaron las mafias armadas por Evo entre los cocaleros del Chapare. En afán de cuidar el interés que les reditúa el narcotráfico, ponen en riesgo sus vidas".
Una particular situación se dio cuando los manifestantes pacifistas que marchaban por la céntrica avenida mariscal Santa Cruz pasaron frente a un grupo de mujeres cholas, vestidas con ropa tradicional, que vendían golosinas en la calle. Probablemente partidarias de Evo, estaban preocupadas por su futuro económico. Los manifestantes gritaban "¡Queremos paz! ¡Queremos paz!". En un momento de silencio las cholas contestaron "¡Queremos comida! ¡Queremos comida!". (APFDigital)

 



Fuente:  La Paz, 17 nov (APFDigital)









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